Arda Güler y Endrick, los últimos de la fila en el ataque de Carlo Ancelotti, en mitad de una noche vidriosa, revuelta y revirada para el Madrid. El técnico italiano acababa de sustituir en el descanso de la prórroga a Vinicius, despedido con algunos silbidos por la grada cuando el equipo caminaba por el precipicio. No eran los primeros que escuchaba el brasileño. En ese alero deambulaban los locales hasta que el turco conectó con el brasileño, que soltó un zurriagazo de auxilio en el Bernabéu.
