El grupo armado M23, apoyado por el ejército ruandés, ha lanzado una amplia ofensiva contra las Fuerzas Armadas congoleñas en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) que le ha llevado este jueves hasta las puertas de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, con la intención de tomarla. El recrudecimiento de la violencia en la última semana ha provocado una nueva oleada de más de 250.000 desplazados, según la ONU, que huyen en desbandada hacia Goma. En total, en enero el número de personas desplazadas en Kivu del Norte y Kivu del Sur ha alcanzado los 400.000, según la Agencia de la ONU para los refugiados (Acnur). El presidente congolés, Félix Tshisekedi, ha vuelto precipitadamente al país desde la cumbre de Davos y ha convocado una reunión urgente del consejo de defensa. Por su parte, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha advertido del riesgo de regionalización del conflicto. “Esta ofensiva está teniendo efectos devastadores sobre la población civil y ha aumentado el riesgo de una guerra regional más amplia”, ha asegurado Guterres en un comunicado.
