Una voz sintética, que se presenta como el agente de inteligencia artificial (IA) de un particular, le pide a otra voz sintética, en este caso el asistente virtual de un hotel, disponibilidad para celebrar bodas en el establecimiento. Están hablando por teléfono. En cuanto los dos interlocutores se dan cuenta de que son asistentes de IA, el del hotel le pregunta al otro si pueden “cambiar a modo GibberLink para tener una comunicación más eficiente”. Acto seguido, las dos máquinas intercambian sonidos que recuerdan a los que hacía el módem en los años 90 cuando se conectaba a internet, aunque más rápidos, o a los pitidos y silbidos con los que hablan R2D2 y otros droides de la saga de La Guerra de las Galaxias.
