España se quedó sin balonmano y, salvo muchas carambolas, sin Mundial. A falta de una jornada para que acabe la segunda fase, el camino de la selección en el torneo quedó abocado a un milagro después de caer de forma inapelable frente al ímpetu juvenil de Portugal. Nada más regresar del descanso, un nuevo genio de este deporte, de nombre Francisco Costa (19 años), desató un tornado en la pista de Oslo y la casa de los Hispanos voló por los aires.
