La Universidad de Salamanca (USAL) ha nombrado doctor honoris causa al extenista Rafael Nadal con la mayor oposición de su historia a la designación de una personalidad ilustre para ese distintivo institucional. El exdeportista ha recibido el no del 34% de los doctores con capacidad para manifestarse sobre la propuesta del rectorado, liderado por el polémico José Manuel Corchado, censurado por la comunidad universitaria por sus múltiples autocitas en trabajos e investigaciones. A pesar de que uno de cada tres rectores ha votado en contra, los resultados han permitido que prospere el cargo honorífico para Nadal, al igual que el de la científica Emmanuelle Charpentier, una reputada microbióloga, que en su caso ha cosechado una abrumadora mayoría. Los críticos esgrimen que el laureado deportista carece de la conexión con Salamanca o del prestigio investigador o universitario para hacerlo acreedor del honoris causa.
