La futura ley de Protección y Ordenación de la Costa valenciana nació para responder a un compromiso electoral del PP que permitiera
“proteger el ecosistema litoral y la propiedad privada con sentido común y equilibrio”, aseguró el presidente Carlos Mazón cuando se aprobó el anteproyecto el pasado octubre. Sin embargo, la autorización del Consell de permitir el uso terciario (hoteles, por ejemplo) a 200 metros de la orilla del mar —antes, la limitación era de 500 metros— en su plan Simplifica ha generado recelos y dudas no solo en los grupos de la oposición, que ven en esta nueva norma “una excusa para continuar con el desarrollo urbanístico sin control” sino también en juristas y geógrafos. Los afectados por la ley de Costas de 1988 lo ven como una posible tabla de salvación para los poblados marineros tradicionales. “Proteger espacios y edificar son aspectos completamente contrarios”, terció este lunes la catedrática de Geografia Física de la Universitat de València Eulàlia Sanjaume en las Cortes Valencianas, donde el proyecto de ley está en fase de participación ciudadana.
