Tras los resultados de la última elección parlamentaria alemana de este domingo, en la que el Partido Socialdemócrata (SPD) registró su peor desempeño histórico y la extrema derecha de Alternative für Deutschland (AfD) su mejor resultado desde la década del treinta del siglo XX, es importante detenerse una vez más sobre una pregunta inquietante: ¿por qué el ‘progresismo’ se ha transformado en una mala palabra? La pregunta es terrible ya que describe una situación generalizada de declive electoral de la socialdemocracia en los países europeos, en donde tan solo los Partidos Socialistas de España, Portugal y el Partido Laborista inglés están escapando de esta tendencia: la pregunta es por qué.
