La investidura de Donald Trump como presidente de Estados Unidos dejó un reguero de anécdotas: del “no beso” de Melania a su marido al gesto que parecía un saludo nazi de Elon Musk. Durante horas, las redes sociales se llenaron de publicaciones sobre estos momentos, que llegaron incluso a opacar la toma de posesión. Las actuaciones musicales intentaron, sin mucho éxito, amenizar las horas previas a la gran cita con estrellas como Billy Ray Cyrus (Flatwoods, Kentucky, 63 años), que fue uno de los encargados de poner ritmo en el Liberty Ball de Washington, pero los fallos técnicos y la extraña actitud del padre de Miley Cyrus no le dejaron en un buen lugar. “¿Mi guitarra sigue encendida? Creo que me cortaron. No la escucho. ¿La escuchan ustedes? ¿Hay alguien despierto todavía?”, preguntó el cantante de country al público. Y repreguntó: “¿Quieren que siga cantando o prefieren que me largue del escenario? Me da igual”. Una actitud que sorprendió y que no dejó indiferente a nadie. Ni siquiera a sus hijos.
